Casi un año

Ha sido un invierno lluvioso. Muy lluvioso, con casi nada de sol, con casi nada de noticias. Ni negativas ni positivas. Todo fluyendo en un status quo perfecto entre el adormecimiento y la ebriedad. Sin sentimientos extremos, solo con atisbos de felicidad o pena. No he buscado como siempre, enérgicamente la extenuante emoción. Claramente le tomé miedo.

Insegura de cómo me he visto, de lo que he dicho, de lo que he mostrado. Insegura de mi edad, de mis capacidades, de importacia. De la necesidad de mi permanencia: en cualquier lugar, con cualquier persona.

He tratado de estar satisfecha y puedo decir con tranquilidad que lo he logrado. Bastante. Parcialmente.Me he llenado de palabras de consuelo y confort tratando de disfrutar que tengo un salario, que aunque no alto, me permite pagar el cuarto donde duermo, las cremas que me compro y el alcohol que bebo.

Me da vergüenza admitirlo, pero eso es casi todo lo que quiero ahora. Poder beber y domir calentita.

Obviamente supliendo tantos deseos que temo desear.

El volver a cultivarme académicamente (pero soy capaz? cómo lo pago? y si fallo?), ser querida, volver a sentirme deseada, ser esperada en algún lugar, en algunos corazones. Volverme parte de la rutina de alguien. Compartir. Necesitarse.

Con tanta fiesta y alcohol solo he querido tapar el evidente vacío de conexiones que quiero con todo mi corazón. Que he querido y buscado forjar toda mi vida y que ironicamnete me es más difícil de cultivar si estoy continuamente viajando.

Empieza la crisis de nuevo. El mundo gira, los tontos miran.

Quisiera estar en la posición de cómoda expectadora, pero hay una parte de mí que tampoco lo soporta. Puede ser esa necesidad que tengo de «mejorarme», pero tambieén la necesidad de mejorar mi vida. Quiero algún día en serio querer hacer ejercicio o hacer un estúpido trekking. Quiero volver a tener un tema de conversación que no sea la última borrachera.

Aunque desesperamente quiero volver a salir, a olvidar, conocer extraños que me saquen de mi mente. A tal vez encontrar alguien que me desee lo suficiente para hacerme sentir bien y menos vacía algunas horas.

Quiero dejar de ilusionarme con el primero (ok, tal vez tercero… o segundo,el otro segundo es muy incierto) que me da atención. No quiero perder amistades, que se vuelvan incómodas porque yo confundí un coqueteo de borracho, con el evidente caiño e interés que le tengo a alguien.

Quiero fuerza, quiero estabilidad, quiero dinero, quiero algo de base que no se rompa tan fácil, que no cambie tan rápido.

Me siento ya abandonada porque todos se van. ¿Qué hago yo?

Nada me interesa lo suficiente. Estaba tranquila con mi rutina de trbaajar para salir. Pero si no tengo con quién? Qué hago. En serio, nada me motiva. ¿Qué hago?

Qué pena.

Qué hueca.

Qué vacía.

Un comentario

Deja un comentario